lunes, 23 de mayo de 2016

La corte del faraón

El faraón podemita Pablo Manuel I, se ha rodeado de una corte de partidos, unos de ámbito territorial y otros de ámbito nacional, como la recientemente abducida Izquierda Unida.

Esta corte que podría describirse como un conglomerado, atendiendo a la definición de este término como: Mezcla confusa de personas o cosas de distinto origen o naturaleza y a menudo contrarias, se ha complementado desde su nacimiento con una serie de personalidades de carácter progresista que, de una forma un tanto ingenua, han creído en las capacidades regeneradoras de este proyecto.

Aunque Podemos todavía mantiene el apoyo de muchas de estas bienintencionadas personalidades, algunos de los apoyos de primera hora, como el fiscal Villarejo, que fue candidato en las elecciones europeas, ya se han desenganchado, otros, como la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, toman sus distancias y se mantienen al margen de sus campañas electorales, mientras intenta gobernar con un equipo en el que abundan personas sin experiencia, incompetentes y sectarias.

Sin embargo, en un intento de frenar la caída persistente de su popularidad, Pablo Manuel ha seguido con su campaña de marketing, incrementando la nómina de personajes con nombre conocido, con independencia del perfil que tengan.

El esperpento ha llegado finalmente con el fichaje de Julio Anguita, el dirigente mas sectario de la izquierda española y de Diego Cañamero, un sindicalista campesino con estrategias y maneras más propias del siglo XIX, que sustituirá como cabeza de lista en Jaen a otro dirigente jornalero procesado y encarcelado por agresiones.

En total coherencia con estas propuestas, Podemos ha ofrecido un puesto para el senado  a un ex-diputado del PP por Cantabria. ¡¡No le hacen ascos a nada!!

¿Pretende Podemos con estas incorporaciones hacer una estrategia transversal que atraiga a una mayoría de electores españoles de distintas orientaciones políticas?

Ante estas noticias, un veterano compañero socialista comentaba. No hace falta que hagamos campaña electoral, ya nos la van a hacer Anguita y Cañamero.

Es posible que tenga razón 

jueves, 19 de mayo de 2016

Otra vez la guerra de las banderas

Parece increíble que en pleno siglo XXI, después de casi 40 años de constitución democrática, un delegado del gobierno cometa un error de la magnitud de prohibir el uso de la bandera estelada en la final de la copa del Rey que jugaran Barcelona y Sevilla.

El conflicto que dicen querer evitar lo están creando ellos con esa absurda prohibición, que confunde los conceptos de bandera oficial y bandera legal.

La estelada no es la bandera oficial de ningún lugar, por lo que no es lógico que ondee en las instituciones, pero no es una bandera ilegal, es una bandera que expresa el sentimiento nacionalista de una parte muy importante de la población catalana y en ese sentido, tiene toda la lógica del mundo que quieran exhibirla en un evento deportivo tan relevante como la final de la copa del Rey. 

Lamentablemente, la delegada del gobierno no lo ve así y, mas lamentablemente todavía, la respaldan relevantes personajes como el ministro de justicia y algunos dirigentes políticos del PP, de Cs e incluso del PSOE.

Espero como ciudadano libre, e incluso como madridista, que el recurso del Fútbol Club Barcelona sea atendido y se anule esta absurda prohibición.

Tengo una fuerte relación personal con el pueblo de Canfranc (Huesca) y en esta población, me encontré una vez una bandera republicana ondeando en la plaza del pueblo, bandera que todavía no han conseguido quitar, solo cambiar unos metros de lugar desde una parcela pública, donde se puso originalmente, hasta una privada de un vecino que no puso ningún inconveniente.

La bandera republicana, igual que la estelada, son banderas que no van contra nadie y aunque no sean oficiales si son legales y tienen derecho a que sean exhibidas.

La historia de la bandera republicana de Canfranc es  muy emotiva y la conté en un video doméstico que hice hace unos años y que puede verse en you tube.