lunes, 24 de marzo de 2014

El heredero esperpéntico

El Presidente de la Comunidad de Madrid, llamado "el heredero" porque su puesto no lo ha obtenido en unas elecciones sino que le ha caído del cielo por obra y gracia de su antecesora, Esperanza Aguirre, es un autentico esperpento político con una enorme facilidad para meter la pata, muchas veces de forma gratuita.

La última, por ahora, han sido los comentarios, que nadie la ha pedido, insultantes y descalificadores de la Marcha por la Dignidad que ha llenado las calles de Madrid el pasado domingo.

¿Era necesario comparar a los convocantes con los fascistas griegos de Amanecer Dorado?

¿Había que caracterizarlos como los seguidores del actor extremista Willy Toledo que, además, parece que tiene la osadía de vivir en Cuba,?

Los manifestantes del 22M son ciudadanos muy cabreados con las políticas del gobierno, que ejercen su legitimo derecho a exigir públicamente sus reivindicaciones. Le guste o no al Sr. Gonzalez.

Este tipo de declaraciones no son necesarias ni siquiera para la derecha que gobierna Madrid, que tendría que tener, al menos, la profesionalidad de tragarse el sapo de aguantar una manifestación de protesta de varias decenas de miles de ciudadanos.

Este impresentable personaje ha conseguido algunos notables records como el de superar los limites de incompetencia y de mal gobierno de su antecesora.

Otra de sus geniales iniciativas es la de inventarse el nacionalismo madrileño para hacer competencia a Catalunya y de paso, tocarle las narices a su compañero de partido, el ministro de hacienda Sr. Montoro. Tampoco hacer amigos parece ser su mejor virtud.

Basta con seguir minimamente los debates de los jueves en la Asamblea de Madrid, para apreciar las capacidades de este sujeto, que no son otras que las de insultar y faltar el respeto de forma sistemática a sus adversarios políticos y a la ciudadanía madrileña.

Hay que esperar que  que el PP no presente a I. Gonzalez como candidato pues, aunque facilitase la victoria de la izquierda, tendríamos que aguantar sus impertinencias durante otros cuatro años.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Un obispo para olvidar

La coincidencia de fechas, ha propiciado que el último acto público del cardenal Rouco Varela como presidente de la Conferencia Episcopal, haya sido el funeral que conmemoraba el décimo aniversario del  atentado del 11M.

Este lamentable arzobispo ha aprovechado la ocasión para referirse en forma despectiva  a los poderes públicos, calificandolos, no se sabe con que titulos, de tener un nivel intelectual pobre en su discurso.

Aprovechó también la ocasión para dar su particular interpretación sobre el 11 M, sembrando dudas de carácter conspiranoico.

Todas estas valoraciones, que seguramente no interesan a casi nadie, son un digno colofón a su lamentable gestión durante estos años.

El 11M fue un terrible atentado terrorista, que costó la vida a muchos ciudadanos, que merece ser recordado por la sociedad, pero, ¿Por que tiene que tener el protagonismo el Sr. Arzobispo y aprovechar la ocasión para decir lo que se le antoja?

Afortunadamente, además del funeral se han realizado otras conmemoraciones de carácter civil, como homenajes musicales, lecturas de los nombres, suelta de globos blancos u ofrendas florales, etc. y ese debe ser el contenido de estos actos conmemorativos, quitándole a la iglesia el protagonismo absoluto que ahora tiene.

En tanto que se consigue este objetivo ¿Sería mucho pedir pedir a la Iglesia que se limitara  a celebrar los oficios y evitase dar su opinión sesgada sobre todo lo divino y lo humano?

Esperemos que el nuevo presidente de la C.E. tenga otro talante y sepa respetar a la sociedad civil y a los ciudadanos no creyentes. Los obispos deberían ser un referente moral y ético para todos los ciudadanos, incluidos los no creyentes, lamentablemente, el anterior presidente dista mucho de haberlo sido.