La búsqueda de los restos de Cervantes, impulsada por la, ya casi, ex alcaldesa de Madrid Dª Ana Botella en un intento de colgarse una medalla cultural e histórica al final de su mandato, han sido un fiasco.
Se ha encontrado un nicho con restos de 16 personas aparentemente del siglo XVII, entre los que se supone están los de Cervantes.
La documentación existente en el convento de las trinitarias, hacía referencia a la posibilidad de que los restos del escritor estuvieran mezclados con los de otras personas, por tanto casi nada nuevo, pues parece ser que no es posible comprobar el ADN.
En consecuencia la búsqueda de los restos no ha tenido éxito pues ha sido imposible encontrarlos.
En vez de reconocer este resultado, presionan a un prestigioso investigador forense a que haga unas declaraciones impropias de un científico, que rozan el ridículo:
"Es posible considerar que en el suelo de la cripta de la actual iglesia de las trinitarias se encuentren algunos restos pertenecientes a Miguel de Cervantes".
Un científico tiene que aportar pruebas de sus hallazgos, no basta con enunciar posibilidades.
No soy quien para valorar la importancia histórica que pueda tener encontrar los restos de Cervantes, y si merece o no la pena invertir tantos recursos para ello, pero lo cierto es que no se ha demostrado nada de forma concluyente y se sigue con las mismas hipótesis anteriores.
En cualquier caso la figura de Cervantes como príncipe de las letras españolas sigue siendo imprescindible, se encuentren o no sus huesos.
